lunes, 3 de marzo de 2014

Enter the void (2009)





El director argentino, Gaspar Noé, tardó 15 años en escribir el guion de “Enter the void” inspirada en un libro llamado “After the life” de Rymond Moody, sobre las experiencias de la personas que mueren y regresan a la vida y escoge referencias de “ El libro tibetano de los muertos” bajo una filosofía sobre el viaje de las almas, flotando, hasta que se reencarnan.
El film se centra en Oscar un joven traficante y vendedor de drogas en Tokio. Asesinado en un forcejeo por la policía debido a la traición por uno de sus amigos, el alma de Oscar vaga por la ciudad tratando de proteger a su hermana, rechaza dejar el mundo al querer cumplir la promesa de no abandonarla.
En toda su filmografía Gaspar Noé lo que pretende es incomodar al espectador, en este caso, y uno de sus recursos, es utilizar secuencias de larga duración, en mi opinión esto perjudica a la calidad de este ya que el film tiene una duración de 160 minutos, desconozco el razonamiento pero desde luego no se trata de la propia incapacidad de el director para realizar los cortes.
Se contemplan varios recursos narrativos como es el flashback, recurriendo a sucesos pasados, en concreto su infancia y flashforwards, en un futuro. También utiliza un recurso mediante la perspectiva de la cámara para mostrar quien es el narrador de la historia, posponiendo la cámara en un inicio en el interior de el personaje de Oscar, donde podemos visualizar la visión de este y una vez fallecido, la cámara cambia de perspectiva y se posiciona como narrador omnisciente de todo lo que ocurre alrededor de su hermana.
Del mismo modo, la fotografía, planos, los cambios bruscos que sufre son una magnifica obra del director de cámara Benoît Debie, hoy en día, uno de los directores de cámara más codiciados llegándose a hablar sobre el fenómeno “Iluminación Debie”.
El trabajo que consigue en “Enter the void” es realmente estremecedor, brillante en su totalidad, uno de los puntos clave, ya que nos sumerge en un mundo alucinógeno, psicodélico, nos adentra en el mundo y la mirada de Oscar, un personaje adicto a el DMT, un psicoactivo enteógeno, que contiene los mismos componentes que la ayahuasca, simultáneamente espiritual, genera de inmediato exóticos patrones, colores, texturas, emociones... se habla de un viaje por el cosmos.
Y si a eso le sumamos una ciudad como Tokio, destacable por su sobrecargada iluminación y colorido, aunque en este film es de agradecer ya que aporta un colorido de una belleza indescriptible, con un cierto parecido, sin llegar a compararse con el indiscutible e inmejorable director de fotografía, Christopher Doyle.
El objetivo que pretende mostrar Gaspar Noé, puede resultar difuso e impreciso desde sus créditos iniciales,sus numerosas provocaciones pocos directores se han atrevido a mostrar, además de una perspectiva sobre la concepción que ni la pornografía más explicita es capaz de mostrar.








domingo, 2 de marzo de 2014

"Aquel no era yo" Esteban Crespo






Ser un soldado no es difícil: o te acostumbras o te matan. Lo más duro es conseguir vivir con tus recuerdos y volver a ser tú mismo después de hacer lo que has hecho”. 

Esteban Crespo autor de el cortometraje “Aquel no era yo” decide llevar la realidad a la ficción, nos presenta una historia en primera persona, teñida de una denuncia social universal, en un conflicto africano, quienes unos niños soldados tomarán el protagonismo al encontrarse con una pareja de médicos españoles que decidieron viajar a África, para ayudar y rescatar a los niños que viven allí, y se encuentran acatando las ordenes del hombre que se ha convertido en su padre, el General del Ejército Rebelde (Babou Cham). Mediante un disparo, las vidas de la cooperante española y un niño africano, se unirán irremediablemente.
Esteban Crespo nos introduce en una realidad que muchos de los voluntarios se encuentran sometidos, al emigrar a países conflictivos por mejorar la situación del propio país y vidas ajenas.
Al mismo tiempo, muestra una denuncia a los niños que se encuentran armados, bajo un régimen y una imposición de ideologías mediante la violencia y des-humanización.
En su inicio comienza igual que un thriller psicológico, cantando una canción, en reiteradas ocasiones, hasta que se ven sucumbidos en el propio conflicto junto a unos niños armados apuntándoles firmemente a la cabeza.
Prevalecen los primeros planos y planos detalle, para recrearnos en una constante tensión narrativa, y poder empatizar con las propios protagonistas. La historia recurre en todo momento a el flashback,para situarnos en la historia a la que tuvo que someterse, ya que la persona que un día fue niño, se encuentra en una sala repleta de un público atento a sus explicaciones y su historia.

Esteban Crespo guionista y director, inicio su carrera en el mundo del documental además de realizador en numerosos trabajos para televisión. Ha dirigido varios cortometrajes, como,
Siempre quise trabajar en una fábrica, Amar, Fin y Lala, nominado como mejor corto de ficción en los Goya, 2010.

Esta vez presenta un proyecto nominado a Mejor Cortometraje de Ficción en la edición 86 de los Oscar, que se celebran esta misma noche, y hasta hoy seleccionado en 54 festivales, reconocido con 48 premios y menciones tanto nacionales como internacionales.
Aquel no era yo” cinta que compite para conseguir la estatuilla dorada, igual que en el año 1997 el cineasta Juan Carlos Fresnadillo, creador del primer cortometraje español que consiguió ser nominado a un Oscar ("Esposados").